Ciudades globales: ¿Cómo impulsar la movilidad sostenible en España?

Retos y oportunidades de la movilidad eléctrica en las ciudades españolas

La movilidad urbana es uno de los mayores desafíos que enfrentan las ciudades en la actualidad. En España, la renovación del parque móvil para la sustitución progresiva de los vehículos de combustión por otros eléctricos es una prioridad del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que aspira a alcanzar un parque de 5 millones de vehículos electrificados en 2030. Sin embargo, según el barómetro de la electromovilidad realizado por ANFAC, España todavía se sitúa muy lejos de otros mercados competidores del entorno europeo, como Alemania, Francia o Portugal.

En este contexto, EL PAÍS y Silence, propiedad de la compañía Acciona, han organizado el tercer encuentro del ciclo Ciudades Globales, para abordar los retos y oportunidades de la movilidad eléctrica en España. Entre los principales frenos estructurales que ralentizan la penetración de la movilidad eléctrica en España, destacan la falta de homogeneidad en las normativas locales y la falta de incentivos económicos.

Para superar estos obstáculos, es necesario establecer una regulación homogénea y coherente en todo el territorio nacional, que permita una transición ordenada hacia la movilidad eléctrica. Asimismo, es fundamental aumentar las ayudas económicas y fiscales para la adquisición de vehículos eléctricos, para incentivar la demanda de este tipo de vehículos.

Por otro lado, las ayudas europeas están beneficiando al sector de la movilidad eléctrica en España, a través de programas como el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), que destina importantes recursos para impulsar la transición hacia un modelo de movilidad sostenible.

En cuanto a los retos de la movilidad eléctrica en España, se encuentran la necesidad de ampliar la red de infraestructuras de carga, mejorar la autonomía de los vehículos eléctricos y reducir el precio de los mismos, para hacerlos más accesibles a la población.

La movilidad eléctrica se presenta como una oportunidad para impulsar la transición hacia un modelo de desarrollo sostenible, que atienda a las nuevas necesidades de los ciudadanos y contribuya a reducir el tráfico y ganar espacio para la ciudadanía. Para ello, es fundamental establecer una regulación homogénea y coherente en todo el territorio nacional, aumentar las ayudas económicas y fiscales, y ampliar la red de infraestructuras de carga.